Instrucciones para dar Cuerda a un Reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Julio Cortázar, Cuentos Completos 1996.
Bocas del Tiempo
"Hace unos cuatro mil quinientos millones de años, año más, año menos,
una estrella enana escupió un planeta, que actualmente responde al
nombre de Tierra. Hace unos cuatro mil doscientos millones de años,
la primera célula bebió el caldo del mar, y le gustó, y se duplicó
para tener a quién convidar el trago. Hace unos cuatro millones
y pico de años, la mujer y el hombre, casi monos todavía, se alzaron
sobre sus patas y se abrazaron, y por primera vez tuvieron la alegría
y el pánico de verse, cara a cara, mientras estaban en eso.
Hace unos cuatrocientos cincuenta mil años, la mujer y el hombre
frotaron dos piedras y encendieron el primer fuego, que los ayudó
a pelear contra el miedo y el frío. Hace unos trescientos mil años,
la mujer y el hombre se dijeron las primeras palabras, y creyeron que
podían entenderse. Y en eso estamos, todavía: queriendo ser dos,
muertos de miedo, muertos de frío, buscando palabras."
Eduardo Galeano.
Vestiduras
Cierto día Belleza y Fealdad se encontraron a orillas del mar. Y se dijeron:
-Bañémonos en el mar.
Entonces se desvistieron y nadaron en las aguas. Instantes más tarde Fealdad regresó a la costa y se
vistió con las ropas de Belleza, y luego partió.
Belleza también salió del mar, pero no halló sus vestiduras, y era demasiado tímida para quedarse
desnuda, así que se vistió con las ropas de Fealdad. Y Belleza también siguió su camino.
Y hasta hoy día hombres y mujeres confunden una con la otra.
Sin embargo, algunos hay que contemplan el rostro de Belleza y saben que no lleva sus vestiduras.
Y algunos otros que conocen el rostro de Fealdad, y sus ropas, no lo ocultan a sus ojos.
Khalil Gibran
Palabras Caídas
Era tiempo de lluvias. Llovían palabras y palabras sin cesar. Como copos de nieve, las palabras pintaban un paisaje único, atractivo, que atrapaba la atención de las personas. Una montaña de palabras cubrió a la gente. Miles de manos revolvían buscando la palabra más bella, la palabra que los hiciera sentir mejor, la palabra mágica que lograra hacerlos lucir como seres maravillosos ante los ojos de los demás. Esa búsqueda los enloquecía, alteraba sus comportamientos. Se los veía como pirañas haciendo burbujear la superficie del agua con su implacable ansiedad de poseer esa palabra. Eran depredadores hambrientos de fama y arrasaban con lo que se les interponía a su paso. Hubo quien atrapó la palabra AMOR, otro la palabra BONDAD, otro la palabra SABIDURÍA. Muchos quisieron ostentar la palabra JUSTICIA y se trabaron en cruenta lucha, destrozando a sus contrincantes hasta que al fin alguien se la apropió. Lo mismo aconteció con la palabra CARIDAD, COMPRENSIÓN, SOLIDARIDAD, PAZ, FRATERNIDAD, COMPASIÓN, LIBERTAD.
Cuando los más fuertes y hábiles, consiguieron su palabra favorita el suelo quedó plagado de gente malherida que gemía y se retorcía del dolor. Éstos tuvieron que conformarse con los DESPUES, ALGUIEN, PODRÉ, QUIZÁS, MAÑANA, AYER, TARDE, FUTURO, AYUDÁME, MÍRAME, ESCÚCHAME, DOLOR, FURIA, RENCOR, LUCHA, HAMBRE, SED, FRÍO, INTEMPERIE, IGNORANCIA, IMPOTENCIA, SILENCIO, SOLEDAD, ENFERMEDAD, DESCONSUELO, DESESPERACIÓN...
Después se organizó un grandioso desfile, donde los fuertes y hábiles lucieron su palabra ante el resto de la gente. Muchos aplaudieron los discursos de aquellas maravillosas personas poseedoras de las palabras más bellas, convencidos de que ahora todo sería diferente.
Todo fue presenciado desde un rincón por un grupo de niños que vieron todo lo sucedido.
Ellos no aplaudieron. Sabían que solamente se trataba de palabras. Ellos siguieron esperando la verdadera lluvia. El aguacero de acciones.
Autor desconocido para mi
El Nacimiento del Arco Iris
Hace mucho, mucho tiempo, en la espesa selva verde esmeralda habitaban unos pequeños animalitos que provocaban la admiración de todos aquellos que tenían la suerte de poder verlos. Eran siete magníficas mariposas, todas diferentes, pero cada una con sus alas pintadas de un color brillante y único. Su belleza era tal, que las flores de la selva se sentían opacadas cada vez que las mariposas revoloteaban su alrededor.
Eran inseparables, y cuando recorrían la selva parecían una nube de colores, deslumbrante y movediza. Pero un día, una de ellas se hirió con una aguda espina y ya no pudo volar con sus amigas. El resto de las mariposas la rodeo, y pronto comprendieron que la profunda herida era mortal. Volaron hasta el cielo para estar cerca de los dioses y, sin dudarlo, ofrecieron realizar cualquier sacrificio con tal de que la muerte de su amiga no las separara. Una voz grave y profunda quebró el silencio de los cielos y les preguntó si estaban dispuestas a dar sus propias vidas con tal de permanecer juntas, a lo que todas contestaron afirmativamente.
En ese mismo instante fuertes vientos cruzaron los cielos, las nubes se volvieron negras, y la lluvia y los rayos formaron una tormenta como nunca se había conocido. Un remolino envolvió a las siete mariposas y las elevó más allá de las nubes. Cuando todo se calmó y el sol se disponía a comenzar su trabajo para secar la tierra, una imponente curva luminosa cruzó el cielo, un arco que estaba pintado con los colores de las siete mariposas, y que brillaba gracias a las almas de estas siete amigas que no temieron a la muerte con tal de permanecer juntas.
Encontrado en la red
¿Qué Pasaría...?
¿Qué pasaría... si un día despertamos dándonos cuenta de que somos mayoría?
¿Qué pasaría si de pronto una injusticia, solo una, es repudiada por todos, todos los que somos, todos, no unos, no algunos, sino todos?
¿Qué pasaría si en vez de seguir divididos nos multiplicamos, nos sumamos y restamos al enemigo que interrumpe nuestro paso?
¿Qué pasaría si nos organizáramos y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas, en silencio, en multitudes, en millones de miradas la cara de los opresores, sin vivas, sin aplausos, sin sonrisas, sin palmadas en los hombros, sin cánticos partidistas, sin cánticos?
¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos, y vos por mí que estoy tan lejos, y ambos por los otros que están muy lejos y los otros por nosotros aunque estemos lejos?
¿Qué pasaría si el grito de un continente fuese el grito de todos los continentes?
¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?
¿Qué pasaría si rompemos las fronteras y avanzamos y avanzamos y avanzamos y avanzamos?
¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas para tener solo una, la nuestra, la de todos, o mejor ninguna porque no la necesitamos?
¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos?
¿No sé... me pregunto yo... qué pasaría?
Mario Benedetti